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Vasculatura del bazo

En el hilio esplénico, se puede ver la arteria y la vena esplénicas entrando al bazo para irrigar y drenar el órgano. La apertura de la vena esplénica se ha mantenido patente mediante la inserción de un tubo de silicona en el modelo. Este modelo muestra que la rama más superior de la vena esplénica ha sido seccionada de su paso normal hacia el bazo. Se puede apreciar la forma “tortuosa” de la arteria esplénica a medida que se ramifica en el hilio. Esto refleja la forma general curvada y retorcida del vaso a lo largo de su recorrido desde el tronco celíaco hasta el bazo.
La arteria y la vena esplénicas dan lugar a la vasculatura gástrica corta, así como a la vasculatura gastroomental izquierda. En esta muestra, la arteria y la vena esplénicas se cortaron después de que estos vasos se hayan ramificado y, por lo tanto, no se pueden ver en el modelo.
El ligamento esplenorrenal conecta el bazo con el riñón izquierdo y contiene la arteria esplénica, la vena esplénica y la cola del páncreas. Está formado por la superposición del peritoneo que originalmente formaba parte del mesenterio dorsal durante el desarrollo embriológico sobre esta vasculatura. El ligamento esplenorrenal no es observable en el modelo ya que se ha eliminado el peritoneo para exponer la vasculatura esplénica.
El ligamento gastroesplénico conecta el estómago con el bazo y contiene las arterias gástricas cortas y parte de la arteria gastroomental izquierda en su origen, ya que se ramifica de la arteria esplénica. Al igual que el esplenorrenal, el ligamento gastroesplénico está formado por la superposición del peritoneo que originalmente formaba parte del mesenterio dorsal durante el desarrollo embriológico. El ligamento gastroesplénico no está presente ya que la arteria esplénica ha sido disecada después de su formación.
La parte exterior del bazo está formada por una fina cápsula fibrosa. Debido a su naturaleza delicada y a la gran cantidad de sangre que suele contener el bazo, la cápsula fibrosa es vulnerable a la rotura.