MP2076
Úlcera gástrica crónica
449,00 €
Historial clinico
This elderly patient had a long history of “indigestion”. He collapsed and died after a massive stoke.
Patología
The specimen is a 2cm coronal slice of tissue, which incorporates a portion of stomach diaphragm, liver and pancreas. The specimen has been opened to display a large ulcer at the upper end of the lesser curvature near the gastro-oesophageal junction. Macroscopically, the loss of substance at the site of the ulcer is oval, has 5-6cm in diameter and slightly elevated borders. The base is clean and smooth with no evidence of haemorrhage. The gastric wall surrounding the ulcer is indurated, because of the fibrosis that involves the base of the ulcer and spreads beneath the surrounding mucosa. Being retractile, the fibrosis manages to “pull” the gastric mucosa towards the base of the ulcer, so that gastric mucosal folds converge radially around the loss of substance (this feature is not seen in ulcerated malignant gastric tumours). This is evident on the inferior aspect of the ulcer and less so superiorly.
Más información
Los pacientes con úlcera gástrica pueden experimentar un dolor que empeora al comer, a menudo descrito como ardor o dolor sordo. Otros síntomas incluyen eructos, vómitos, pérdida de peso o falta de apetito. Las complicaciones pueden incluir sangrado, perforación y obstrucción del estómago. Las causas comunes incluyen la bacteria Helicobacter pylori y los medicamentos antiinflamatorios no esteroides (AINE).
H. pylori was first identified as causing peptic ulcers by Barry Marshall and Robin Warren of the University of Western Australia in the late 20th century, a discovery for which they were awarded the Nobel Prize in 2005. Other, less common causes include tobacco smoking, stress due to serious illness, Beh̤etӪs disease, Zollinger-Ellison syndrome, CrohnӪs disease, and liver cirrhosis[1]. Older people are more sensitive to the ulcer-causing effects of NSAIDs[1].
El diagnóstico generalmente se sospecha debido a los síntomas de presentación y se confirma mediante endoscopia o trago de bario [1]. H. pylori se puede diagnosticar mediante pruebas de sangre en busca de anticuerpos, una prueba de aliento con urea, pruebas en las heces para detectar signos de bacterias o una biopsia del estómago[1]. Otras afecciones que producen síntomas similares incluyen cáncer de estómago, enfermedad coronaria e inflamación del revestimiento del estómago (gastritis) o inflamación de la vesícula biliar (cistitis) [1].
El tratamiento incluye dejar de fumar, suspender el uso de AINE, reducir o preferiblemente suspender el consumo de alcohol y tomar medicamentos para disminuir el ácido del estómago[1]. Las úlceras debidas a H. pylori se tratan con una combinación de medicamentos, como amoxicilina, claritromicina y un inhibidor de la bomba de protones (IBP). El medicamento utilizado para disminuir el ácido suele ser un IBP o un bloqueador H2 (antagonistas de los receptores H2 de histamina). Las úlceras sangrantes se pueden tratar mediante endoscopia, y la cirugía abierta generalmente solo se utiliza en los casos en los que no tiene éxito. Las úlceras pépticas están presentes en alrededor del 4% de la población[1].
Referencia:
1. Najm WI (2011). “Peptic ulcer disease”. Primary Care. 38 (3): 383″“94.